Linux, el tercero en discordia

A imagen y semejanza de lo ocurrido hasta hoy en este blog, cuando se habla de sistemas operativos, solemos quedarnos fundamentalmente con Windows y, cada vez más, también con Leopard (Apple). Sin embargo, el común de los mortales tiende a olvidarse de otro sistema operativo de gran relevancia en el mundo informático: Linux. Y nos olvidamos de Linux, no precisamente porque sea una creación reciente.

En el mes de Abril de 1991, un genio de veintiún años que todavía se encontraba estudiando en la Universidad de Helsinki (Finlandia), Linus Torvalds, se propuso desarrollar
un nuevo sistema operativo. Este nuevo proyecto iba a romper con la tendencia generalizada de concesión de licencias de software que, seis años antes, impulsó Microsoft con el lanzamiento del primer Windows. Así las cosas, sin una excesiva popularidad, en septiembre de ese mismo año vio la luz el Linux 0.01, un software libre con ciertas similitudes con Minix (otro sistema operativo de semejante filosofía), cuya gran ventaja era que cualquiera que supiese manipular el código fuente podría crear programas al antojo de sus necesidades. Aquí radica la gran peculiaridad de Linux: la licencia GPL bajo la que se concibió el software obliga a todo el que, impulsado por sus necesidades, cree nuevos programas para Linux, a compartirla con el resto de los usuarios. Sin duda, una gran iniciativa.

Así pues, las nuevas versiones del programa se fueron sucediendo, y la llegada de internet supuso toda una revolución para el mundo en general, y para Linux en particular. Ahora en cualquier momento del día, en cualquier lugar del mundo, Linux estaba al alcance de todos. Los usuarios se multiplicaron, y con ello, sus respectivas modificaciones del código fuente, con el consecuente enriquecimiento que ello supone en la experiencia del usuario.

A pesar de la gratuidad del programa, de las constantes mejoras a las que está expuesto, y la cada vez mayor facilidad de manejo del propio sistema operativo, Linux no ha conseguido despegar como debiera. El poder de mercado de Microsoft es aún muy fuerte, y a día de hoy, si perdiese algo de esa cuota, será en detrimento de Apple. No obstante, internet ha permitido una ampliación de los mercados en general, por lo que Linux también ha conseguido ganar en usuarios (hasta el punto de que incluso algunas Administraciones, como la andaluza o la extremeña, operan habitualmente con él).

En definitiva, lo único cierto en este asunto es que el usuario común de internet todavía no se ha dado cuenta de los beneficios que Linux puede reportarle (comenzando por un importante ahorro económico). Quizá tengamos que pagar para ser conscientes de cuánto vale la pena...

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