Los sistemas de información en la actualidad

A nadie se le escapa que la época que nos ha tocado vivir se caracteriza por la cantidad y la calidad de la tecnología que nos rodea. El mundo empresarial no es ajeno a todo ello. Todo lo contrario: la tecnología se aplica en un gran número de ocasiones, en primera instancia, en las empresas, tal y como demuestran los Sistemas de Información (de uso casi exclusivo empresarial). Esta tecnología cada vez más implementada en las compañias, es de gran utilidad en diversos campos, como por ejemplo de asistencia en la toma de decisiones empresariales, para reducir costes, etcétera.

No cabe duda de que a raíz de la globalización, el número de clientes y operaciones comerciales se han visto incrementados exponencialmente, hecho por el cual los sistemas de información, y las bases de datos en general tienen una mayor razón de ser, si cabe. La búsqueda de clientes y la generación de estadísticas acerca de los mismos es mucho más rápida y sencilla a través de un Sistema de Información.

Empresas como Cosentino, líder en su sector, probablemente se nutra en gran medida de este tipo de Sistemas, de gran utilidad para multinacionales como la nombrada, y cuyo volumen de negocio y bases de datos tienen unas dimensiones exhorbitadas. Cuanto mayor sea una empresa, mayor repercusión tendrán las decisiones a tomar, por lo que mejor debe ser la información de que se disponga. (La imagen ha sido extraída de este blog).

V-ROD o cómo se crea un mito

Recientemente he visionado un vídeo en el que se narraba la historia de una de las más míticas creaciones de Harley-Davidson: la V-ROD. En él, se desgranaba absolutamente todo acerca de su nacimiento y fabricación: desde el instante en que la idea surgió, hasta el evento de presentación en sociedad (algo para cuyo surgimiento tuvieron que transcurrir ni más ni menos que seis años).

La de la V-ROD es la historia de una leyenda que ha conseguido serlo, aún habiendo sido una creación relativamente moderna (de principios de este mismo siglo XXI). El mérito es doble, si pensamos en el contexto en el que el mundo se encuentra inmerso en la actualidad (en plena Globalización, donde la compentencia se encuentra en cualquier rincón del Mundo), y si también tenemos en cuenta que su principal competencia se encontraba dentro de casa: la tradición. El comprador de una Harley-Davidson no busca simplemente una moto que corra mucho, o que le permita callejear para llegar rápido a los sitios; el comprador de una Harley busca todo lo contrario: disfrutar el máximo tiempo posible subido a lomos de su moto, porque ésta no es solo un medio de transporte, sino un modo de vida.

Por todo ello, en la creación de la V-ROD (imagen superior extraída de aquí) los responsables de Harley tuvieron muy presente la existencia de una serie de criterios con los que no se podía romper. Así pues, se pensó en crear una moto con una potencia sin precedentes dentro de los modelos de la marca, con un aspecto más deportivo, pero que consiguiese encajar dentro del perfil de los compradores de Harley-Davidson. Había nacido la esencia de la V-ROD.

Una vez surgida la idea, era el momento de que todos los departamentos se involucraran en la creación de la V-ROD. Es aquí, bajo mi punto de vista, donde radica gran parte del éxito que actualmente esta moto está teniendo: no se han antepuesto las ideas de los ingenieros sobre las del departamento de diseño o márketing, ni viceversa, sino que ha sido el trabajo conjunto de todo el equipo, el que ha conseguido llevar a la realidad un proyecto que, en muchos casos, daba más quebraderos de cabeza de lo habitual (la colocación del depósito de combustible, la integración del radiador con el diseño de la moto, etcétera).

Se decidió colocar el chasis externamente, en contra de lo que hasta entonces se había realizado en anteriores modelos, de manera que aquel abrigase al corazón de la máquina, el motor (dispuesto como reza la tradición de Harley, con dos cilindros en V). Los ingenieros respondieron a la propuesta del chasis externo con la implantación de un novedoso sistema de hidroformado, el cual hacía mucho más visual el armazón en el exterior, con unas líneas más suaves y redondeadas. Así pues, se buscaron también soluciones a problemas derivados de la estructura deportiva de la moto (que disminuyó en cuatro grados la posición de los mandos), como la colocación del depósito de combustible (ahora bajo el asiento, y antes en el lugar actual del motor), la integración de un radiador con el diseño de la moto, etcétera.

Vemos pues, que es la involucración de todo el personal de Harley-Davidson en el desarrollo de la V-ROD (constante búsqueda de soluciones a los múltiples problemas surgidos, acceso a restricciones como las colonias que deben ponerse, quitarse anillos y relojes, etc. para no dañar la pintura y el cromado), sumado a la permanente búsqueda de la satisfacción del usuario en su experiencia como conductor de Harley-Davidson (que es al fin y al cabo a quienes va dirigido el producto) la clave del éxito de una máquina que, a todas luces, va camino de convertirse en uno de los grandes mitos del motociclismo.

¿Gran Googlermano?

Hace unos días, he tenido la oportunidad de ver un documental, en el que se trataba el tema de la protección de datos de los usuarios de internet, por parte de Google. En él, se informaba de que las búsquedas quedaban almacenadas de una manera indefinida pero, para tranquilidad del usuario, éstas se empleaban únicamente con la finalidad de mejorar la experiencia de los cibernautas.

Por una parte, resulta ciertamente inquietante el hecho de que una empresa privada almacene los datos de tus búsquedas, no por un período determinado, sino de manera vitalicia. Sin embargo, es esa condición, la de empresa privada, la que le permite hacerlo sin lugar a reproches. Como usuarios, somos libres de elegir usar un buscador u otro; si no estamos de acuerdo con la política de privacidad que actualmente ejerce Google, podemos buscar información en Terra o Lycos (por poner un ejemplo). No obstante, Google se ha apresurado a informar de que el almacenamiento de dicha información, no tiene otro fin que el de mejorar y ajustar cada vez más las búsquedas que los usuarios realizan.

En definitiva, a ninguno nos gusta que toda nuestra la información quede almacenada indefinidamente, pero si la política de la empresa se mantiene como hasta la fecha y a dicha información no se le da otros usos (como por ejemplo, la venta de ficheros de datos a otras empresas), la experiencia para los usuarios mejorará notablemente (algo que todo cibernauta agradecerá).

La publicidad del futuro

El pasado día dos de Octubre tuve la oportunidad de leer un artículo en la edición digital del diario El País, en el que se hablaba de la publicidad del futuro. En él, se hacía mención a un término que hasta la fecha desconocía: el Digital Signage. El Digital Signage es la manera anglosajona de denominar a la Señalización Digital, y que hace referencia a la tendencia cada vez más cercana en el tiempo de dejar a un lado los carteles publicitarios tradicionales, para pasar a reproducir en pantallas de Plasma, LCD o LED todo lo que anteriormente se tenía que plasmar en un simple papel. Este hecho, bastante innovador de por sí (aunque, como vemos en la foto del Times Square (os dejo el link de donde la encontré), más que real), cobra tintes extremadamente futuristas si tenemos en cuenta que esa publicidad "en movimiento" va a poder ser personalizada.

En el artículo se afirma que "se posee la tecnología, pero falta la creatividad". No obstante, yo creo que el hombre va siempre un paso por detrás de la tecnología (a pesar de haber sido creada por él mismo), puesto que las sociedades en general necesitan un tiempo para asimilar los cambios que en ellas se producen (entre ellos los tecnológicos). Me surge, por ello, la duda de si tal grado de personalización en la publicidad no abrumará a los potenciales clientes... Lo bueno de la publicidad en la actualidad es que "está ahí", quieta, esperando simplemente ser mirada. El Digital Signage, por contra, pretende conocer a su cliente potencial (sin saber si el cliente lo desea) y, atendiendo a ello, ofrecerle lo que unos directores de márketing creen que va a gustarle más por ser de una raza o sexo determinados.

No me cabe la menor duda de que este nuevo tipo de publicidad traerá aspectos positivos tanto a clientes, como a empresas, pero también creo que, como en todo, necesitará un proceso de amoldamiento a las sociedades. A día de hoy, no sé si me gustaría encontrarme con este tipo de publicidad en las calles... todavía.